La caída en el pecado


La caída en el pecado

Sábado 11 de octubre

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA:

Génesis 1-3; Romanos 3:9-18; 5:10-21; 6:16; 2 Pedro 2:19.

PARA MEMORIZAR:“¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Rom. 7:24).

PENSAMIENTO CLAVE:
Considerar la Caída y los terribles resultados que trajo a la humanidad.

CUANDO LA PALABRA CAÍDA se usa para designar la pérdida de la libertad humana causada por el pecado de Adán y Eva, implica que el pecado nos rebajó de un nivel a otro: en este caso, de una condición moral elevada y espiritual a una de corrupción, opresión y esclavitud.

Aunque no se revela mucho acerca de la Caída en el Edén, tenemos suficiente información bíblica para comprender que algo ocurrió que dañó no solo la naturaleza humana sino también el planeta mismo. El resultado de esa Caída no es animador. De hecho, no habría esperanza si no fuera por la promesa de la expiación en nuestro favor por medio de Cristo. No obstante, todavía necesitamos ver lo que nos ha sucedido, porque solo cuando nos vemos como realmente somos la gloria de la Cruz nos alcanzará con su belleza y su poder salvador.

Domingo 12 de octubre: LA REBELIÓN EN EL HUERTO

¿Qué evidencia bíblica puedes encontrar en Génesis 1 al 3 para apoyar la idea de que Adán y Eva se rebelaron contra Dios? (Ver, por ejemplo, Gén. 2:16, 17; 3:2, 3, 6.)
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La palabra rebelión no se usa en Génesis 1 al 3 para describir el pecado de Adán y Eva, pero de todos modos la idea está presente. No solo violaron abiertamente un mandato divino, sino también, en el proceso de desobediencia, modificaron su lealtad. Eva escuchó el razonamiento del enemigo y pensó que era más confiable que la palabra explícita de Dios. Ella llegó a la conclusión de que el mandato divino era demasiado restrictivo, y que para lograr su potencial más elevado tenía que reclamar su independencia de su Creador. Esto es rebelión. Adán escuchó la voz de su esposa en lugar de la voz de Dios y se unió a ella en la rebelión.

¿Cuáles fueron algunos de los resultados inmediatos del pecado, especialmente cuando se lo entiende como una rebelión contra Dios? Isa. 59:2; comparar con Gén. 3:23, 24.
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La rebelión de Adán y Eva cortó la clase de relación íntima de la que habían gozado con Dios. La naturaleza de su rebelión fue tal que fracturó no solo la manera en que se relacionaban con Dios sino también entre sí. En lugar del amor y compromiso mutuos, su rebelión contra Dios resultó en vergüenza mutua (Gén. 3:7). Su relación interpersonal ya no era más armoniosa (vers. 12). Esta rebelión dio como resultado, por sobre todo, su separación de Dios y la percepción de que Dios era alguien a quien temer, alguien de quien debían esconderse (vers. 8-10). Dios y los seres humanos ya no estaban unidos con amor y armonía. Lo que hacía falta era un acto de reconciliación.

¿Cuál ha sido tu propia experiencia con el pecado y el modo en que impacta en tu relación con Dios y con los demás? ¿De qué modos puedes ver los mismos principios en tu propia experiencia como los que se ven aquí en el Génesis?

Lunes 13 de octubre: ESCLAVLAVOS DEL PECADO

De acuerdo con 2 Pedro 2:19 y Romanos 6:16, ¿qué les hace el pecado a los pecadores?
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Para ilustrar el poder devastador del pecado, Pablo a veces lo personifica como un tirano. “Entró en el mundo por un hombre” (Rom. 5:12), reina sobre los seres humanos en la muerte (Rom. 5:21; 6:12), engaña (Rom. 7:11), mora en los seres humanos (vers. 17), esclaviza (Rom. 6:20) y produce muerte (Rom. 7:13). El pecado de Adán y Eva fue singular porque resultó en la sujeción de todo a su poder corruptor. Satanás llegó a ser el príncipe de este mundo (Juan 12:31; 14:30). En su búsqueda de autonomía, Adán y Eva cambiaron el señorío de Dios por el señorío que esclaviza y corruptor de Satanás. El pecado llegó a ser un poder universal del cual los seres humanos no han podido escapar por sí mismos (Rom. 5:12).

De acuerdo con Romanos 3:9 al 18, ¿cuál ha sido la situación de la raza humana bajo el reinado del pecado?
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Pablo también enseña que la caída de Adán y Eva llevó al mundo natural a estar bajo el poder del pecado: “Porque [la creación] fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino la del que así lo dispuso” (Rom. 8:20, NVI). El poder perjudicial y corruptor del pecado alcanzó a la creación de Dios sobre este planeta. El verbo sometido indica que la naturaleza está bajo la autoridad de algún poder que le ha robado su verdadera belleza y significado. Esto fue el resultado no de algo que la naturaleza hizo sino de otra cosa: la entrada del pecado (Rom. 5:12). La naturaleza está ahora “sometida a la frustración”. La palabra frustración designa aquí la falta de propósito y la vaciedad. Vanidad se usa en Efesios 4:17 para describir no a la naturaleza sino a las personas que viven fuera de Cristo, “en la vanidad de su mente”.

La idea es que la naturaleza, así como los seres humanos, existe en una condición corrompida por causa del pecado. Lo que se necesitaba era una manifestación de poder que viniera de fuera de la esfera de la existencia humana y de fuera de la naturaleza misma, que pudiera redimir al mundo caído. Esto sucedería por medio de Cristo.

Trata de imaginarte cómo sería este mundo si no hubiese caído. ¿Cuán diferente sería? ¿Cuán distintas serían nuestras vidas? ¿Qué debería decirnos esta diferencia acerca de cuán devastador es realmente el poder del pecado?

Martes 14 de octubre: MUERTE ESPIRITUAL

El pecado dañó la vida interior de los seres humanos. Los valores morales y espirituales que gobernaban el universo de Dios ya no dominan la naturaleza del corazón humano. Los seres humanos saben que hay algo malo en ellos y desean algo mejor. A veces tratan de hacer lo que es bueno y recto solo para descubrir que “la mentalidad pecaminosa es muerte [...] la mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo” (Rom. 8:6, 7, NVI).

La naturaleza humana es moral y espiritualmente débil. Los seres humanos no pueden resistir el poder del pecado y, en consecuencia, dondequiera que haya un ser humano hay pecado y maldad. El fenómeno es tan universal que “no hay justo, ni aun uno” (Rom. 3:10). El pecado es una condición de la naturaleza humana en su alienación de Dios. Por causa de la Caída, “engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso. ¿Quién lo conocerá?” (Jer. 17:9). El “corazón”, considerado en la Biblia como el centro del intelecto y de la voluntad de un ser humano, es ahora definido como esencialmente engañoso, insidioso y, en sí mismo, no confiable.

Los seres humanos son casi incapaces de comprender plenamente la complejidad de su ser interior, y son incapaces por sí mismos de vivir una vida digna (Ecl. 9:3). Viven en conflicto con la profundidad de su ser en temor y soledad, luchando por sí mismos para hacer lo que es correcto, pero a menudo descubren que no pueden hacerlo (Gál. 5:17). Son incapaces de comprenderse plenamente a sí mismos y al mundo en el que existen; por eso, viven en oscuridad con respecto a Dios (Rom. 1:21-25). Esta corrupción y este estupor interior se expresa en actos pecaminosos contra uno mismo, contra otros y contra Dios (Mat. 15:19).

El poder corruptor del pecado no conoce límites. Solo Dios puede establecer límites a su influencia corruptora y, en última instancia, lo erradicará del universo. Si después de la caída quedó algo bueno en el planeta, fue porque Dios no permitió que Satanás tomara el control completo. Le dijo a la mujer, que representaba a la raza humana, y también a la serpiente, la expresión de los poderes malignos: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer” (Gén. 3:15). No habían de coexistir en forma pacífica, una controlando totalmente a la otra. Dios conservó un elemento de libertad para los seres humanos que les permitiría, si lo deseaban, odiar el mal y elegir la vida. La decisión de Dios de intervenir en la situación humana permitió que él limitara el poder corruptor del pecado.

Los seres humanos necesitan una salida de esta situación terrible producida por el pecado.

Repasa los versículos mencionados en la sección de hoy. ¿De qué modo estos textos te ayudan a comprender mejor tu necesidad de un Salvador?

Miércoles 15 de octubre: MUERTE FÍSICA Y ETERNA

Las palabras que dirigió a Adán: “El día que de él comas, ciertamente morirás” (Gén. 2:17, NVI) indican que la muerte es el resultado de la rebelión contra Dios. La muerte y el pecado no pueden separarse. Esta muerte no es solo espiritual; también designa la muerte física y eterna de los pecadores.

Por causa de esta conexión con el pecado, la muerte no es un sencillo fenómeno biológico, sino una temible percepción de nuestra separación de la Fuente de la vida, una separación que conduce a la extinción eterna. En todas sus expresiones, la muerte es como el pecado, universal e inevitable (Rom. 5:12; Heb. 9:27). Con la entrada del pecado en el mundo, la raza humana era una especie en peligro, a punto de desaparecer del universo. La creación de Dios sobre el planeta Tierra, humana y no humana, estaba en camino a su aniquilación.

Lee Romanos 5:10 al 21. ¿De qué modo entró la muerte? ¿Qué la causó? ¿Cuál es nuestra única salida?
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La muerte y el sufrimiento vinieron juntos al mundo como resultado del pecado. Todo el que nació y se crió en este planeta no escapa del dolor y del sufrimiento. Podemos no ser capaces de expresar con palabras lo que es el sufrimiento, pero tenemos un profundo conocimiento experimental de él. En la Biblia parece haber una conexión entre nuestra condición como pecadores mortales y el dolor y el sufrimiento. La muerte es tan potente que aun antes de que muramos hace sentir su presencia entre nosotros por medio del dolor físico, emocional y psicológico producido por la enfermedad, la inseguridad y el temor. Como resultado, la calidad de la vida se debilita, y surge la depresión.

El fenómeno de la enfermedad, otro resultado del pecado, se describe como presentándose “al borde del sepulcro”, “ya que me cuentan entre los que bajan a la fosa” (Sal. 88:3, 4, NVI). La incursión de la muerte en la existencia humana de todos los días es parte de la situación humana difícil, asociada con el fenómeno del pecado. Los seres humanos necesitan a Alguien que pueda darles vida al morir en lugar de ellos, liberándolos no solo del pecado sino también del dolor, el sufrimiento y la muerte.

¿Qué has aprendido de tu propia experiencia con la muerte, ya sea enfrentando la tuya o viendo morir a otros? ¿Qué hay acerca de la muerte que nos debería mostrar nuestra total impotencia? ¿Cómo podemos usar la realidad de la muerte para acercarnos más a Dios?

Jueves 16 de octubre: LA REACCIÓN DE DIOS ANTE PECADO HUMANO

Lee Génesis 3:8 al 13. ¿De qué manera se acercó Dios a Adán y a Eva después de que ellos pecaron? ¿Cuál era el propósito de las preguntas que les dirigió Dios?
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Dios se acercó a ellos para evaluar –junto con ellos– el crimen que ellos habían cometido y juzgarlo. Por medio del proceso del juicio, en el que se hicieron preguntas y se dieron respuestas, Dios los estaba conduciendo a reconocer que ellos eran realmente culpables y que su rebelión era injustificada. El resultado fue la separación de Dios, representada por su expulsión del Jardín del Edén.

¿Cuál fue la reacción de Dios al pecado? Efe. 5:6. ¿Cómo debemos comprender nosotros la idea de la ira de Dios?
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Deberíamos recordar varios hechos cuando hablamos acerca de la ira de Dios. Primero, la ira del hombre no es un modelo para comprender la ira de Dios. Nuestro enojo a menudo es irracional y dañino. La ira de Dios no fue tocada por el pecado y está dirigida principalmente a la curación (Heb. 12:6; Apoc. 20:15-21:1). Segundo, la ira de Dios contra el pecado humano testifica que él nos toma con seriedad, que él no nos ignora; ni aun en nuestra rebelión. Ignorar a las personas pueden revelar una falta de respeto, hasta una falta de interés. Él reacciona ante nuestro pecado y, al hacerlo, Dios nos dice que somos importantes para él. Tercero, la ira de Dios no es un atributo permanente de Dios, sino su reacción a la presencia irracional del pecado y del mal. Siempre hay una razón para ella; el pecado la provoca (Deut. 4:24, 25). Por lo tanto, su ira es momentánea, mientras que su amor perdura para siempre (Isa. 54:8).

Por causa del pecado, era necesario que Alguien pudiera librarnos de “la ira venidera” (1 Tes. 1:10).

Si amas a alguien y ves que sufre, ¿no sentirías enojo por lo que está pasando? ¿Cómo puede esta comparación ayudarnos a comprender el significado de la ira de Dios?

Viernes 17 de octubre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

El pecado y la separación de Dios: “Cristo sabía que Adán en el Edén, con sus excelentes ventajas, podía haber resistido la tentación de Satanás y podía haber vencido. Sabía también que no era posible que el hombre, fuera del Edén, separado de la luz y del amor de Dios, desde la caída, resistiera con su propia fuerza las tentaciones de Satanás” (MSV 222).

El pecado y la falta de armonía: “En la transgresión, Adán llegó a ser su propia ley. Al desobedecer fue llevado a la esclavitud. De este modo entró en la vida del hombre un elemento discordante, nacido del egoísmo. La voluntad del hombre y la voluntad de Dios ya no armonizaban. Adán se había unido con las fuerzas desleales, y la voluntad propia ocupó el terreno” (ST, 13 de junio de 1900).

El pecado y la rebelión en la naturaleza: “Adán había sido rey de los seres inferiores [...] pero cuando pecó perdió su derecho al dominio. El espíritu de rebelión, al cual él mismo había dado entrada, se extendió a toda la creación animal. De ese modo, no sólo la vida del hombre, sino la naturaleza de las bestias, los árboles del bosque, el pasto del campo, hasta el aire que respiraba, hablaban de la triste lección del conocimiento del mal” (MGD 41).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Es obvio, para casi todos, que las cosas no están bien en nuestro mundo. Como cristianos, creemos que las cosas son así por causa del pecado y de la Caída. Sin embargo, algunas personas no creen en la idea del pecado ni la de la Caída. ¿Cómo explican el estado en que se encuentra el mundo? ¿Qué otras explicaciones da esa gente? ¿Cómo, por ejemplo, explicaría un evolucionista nuestra condición presente? ¿Cuáles son esas otras ideas, y cómo responderías a ellas?

2. Sin duda, en todo tu alrededor puede verse el terrible impacto del pecado. Aunque nunca podemos erradicar ahora el pecado o sus consecuencias en este mundo, ¿qué pasos prácticos podemos dar para tratar de aliviar tanto daño como sea posible? ¿Qué cosas puedes hacer, como individuo y como iglesia, para tratar de aliviar algo del sufrimiento?

3. ¿Qué es una “muerte espiritual”? ¿Cómo puede saber alguien que está muerto espiritualmente? Una persona muerta espiritualmente ¿podría darse cuenta de ello? ¿Qué puedes hacer para ayudar a alguien que, de hecho, siente que está muerto espiritualmente?

RESUMEN:
La Caída fue un acto de rebelión contra Dios, y resultó en la muerte espiritual, física y eterna de los pecadores. Por cuanto los resultados fueron tan malos, debía hacerse algo drástico; de otro modo, no tendríamos esperanza. Como veremos, la Cruz fue esa respuesta drástica al problema causado por la Caída.

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